Cuesta trabajo escribir sobre algo en concreto. Y es ahora cuando uno debe envidiar a los blogueros que tratan sobre algún tema en particular. Como, por ejemplo, el fútbol. Llega el hombre –o la mujer, por qué no- y empieza a escribir cientos de palabras sin salirse del tema ni un segundo; éso es enfoque, vaya. Y a mí, ¿de qué me toca? Ah… es ése el problema precisamente, que no me enfoco, que no tengo un objetivo, que no persigo una meta. Parece que la constante se repite fuera del mundo virtual de igual manera. No hay objetivo concreto. Sólo escribir. Sólo vivir.
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