miércoles, 25 de julio de 2012

The Deep Blue Sea (2011): La frase "siempre lastimas a quien amas" también funciona al revés





Con la elegancia propia de los años cuarenta y cincuenta, sus texturas ocres y esa belleza efímera de Rachel Weisz, que a ratos parece a punto de desvanecerse en polvos de arroz, Terence Davies presenta esta nueva versión de la protagonizada en 1952 por la no menos hermosa Vivien Leigh, y dirigida por Terence Rattigan, narrando la historia de lo que puede ser considerado como lo contrario al amor, ese sentir hipnótico que juguetea más con el deseo y la autodestrucción, que sólo puede ser comprendido por quien lo ha vivido y también ha experimentado la placidez y autocomplacencia de un amor verdadero; ese que no causa sufrimiento, y del que te das cuenta de su existencia una vez que lo has perdido.

Quizás por haber estado en algún momento de mi vida del lado de ambos protagonistas de esta historia de des-amor, siento la necesidad de comentar sobre la profundidad con que ambos actores (Weisz y su contraparte masculino Tom Hiddleston, personificando a su amante), ejecutan su trabajo involucrando al espectador como un voyeur en una historia tan íntima que hasta uno siente vergüenza en ocasiones de presenciar episodios reservados para dos, explayándose frente a una cámara sin pudor para exponer sus vivencias a un público no siempre tan receptivo a las escenas de amor no correspondido, celos, manipulación y otras malas costumbres aprendidas a lo largo de los años de telenovelas, libelos y experiencias ajenas; malentendiéndolos y decodificándolos equivocadamente como lo que supuestamente se espera de una relación amorosa.

Una película para ser mejor apreciada a través de la lente de los sentimientos que de la razón, en donde el espectador –mayoritariamente masculino–  deberá dejar de lado los prejuicios que acarrean todos los filmes de corte romántico, que impiden a este segmento del público valorar una película de este género por su calidad artística y no por la cantidad de lagrimones que logre hacer derramar a su compañera.



Ficha Técnica
Título Original: The Deep Blue Sea
Año: 2011
País: Irlanda
Director: Terence Davies
Guión: Terence Davies
Reparto: Rachel Weisz, Tom Hiddleston, Simon Russell
Género: Drama / Romance
Ficha Técnica cortesía de: IMDB.com


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martes, 24 de julio de 2012

Joyas del YouTube II: Låt den rätte komma in: Déjame entrar (Suecia)




Escribir sobre el trabajo de los otros consiste en, de algún modo, dejar de lado la individualidad para ceder el protagonismo a una historia que merece ser contada en lugar de sacar a la luz nuestros propias creaciones. Y resulta extraño también que, una vez habiendo escrito sobre el otro acabemos exponiendo, sin quererlo, a nuestro yo más escondido, ese del que no tenemos control más que en sueños lúcidos, y en ocasiones, terminemos maquillando a nuestro ego a través de una opinión sobre lo ajeno. No es de extrañar entonces, el acierto del director Thomas Alfredson y la productora de esta película sueca al permitir al autor de la novela homónima en la que se basa, John Ajvide Lidqvist, elaborar el guión del filme para así mantener en la medida en que la censura cinematográfica lo permite, la esencia –si es que el término cabe– del trabajo literario, a pesar de que el escritor acabó haciendo concesiones a la censura al tratar de forma tan velada elementos como la pederastia o la homosexualidad, mucho más explícitos en la versión literaria, por razones que todos nosotros podemos intuir cuando se trata de un producto destinado a generar retorno a la inversión y orientado a un público amplio.

Sin embargo, pese a  todas estas licencias, la película Déjame entrar se muestra como un gran trabajo cinematográfico, en donde los silencios, las escenas estáticas y la ausencia de música incidental a las que el cine europeo nos tiene tan acostumbrados, funcionan en perfecta armonía con las pocas, pero estremecedoras escenas cumbre, que pese a su bajo presupuesto de producción, o más bien, gracias a él, dotan al filme de un aire de realismo y compromiso con un trabajo de calidad técnica y artística más que notable.

Sin mayores aspavientos, esta película ha sido acreedora a numerosos premios de la crítica y ha conseguido convertirse en un referente del cine fantástico contemporáneo, que compite con dignidad frente a los monstruos glamorosos de peinados perfectos, ofreciendo al espectador una alternativa al cine estadounidense de vampiros menos artificial y más cercana al arte que a un producto de consumo.


El enlace para ir a la película en YouTube es éste: Dejame entrar

Ficha Técnica
Título Original: Låt den rätte komma in
Año: 2008
País: Suecia
Director: Thomas Alfredson
Guión: John Ajvide Lidqvist
Música: Johan Söderqvist
Fotografía: George Robinson
Reparto: Kare Hedebrant, Lina Leandersson
Género: Terror / Fantástico
Ficha Técnica cortesía de: Filmaffinity.com

lunes, 23 de julio de 2012

Franklyn: Los mundos paralelos siempre son más interesantes






Una de las premisas sobre las que se basa mi existencia –y confío en que la de muchos otros– consiste en la esperanza constante de una vida que se encuentra más allá de la realidad palpable en la que nos vemos obligados a vivir, por circunstancias que no nos han sido explicadas y con propósitos tan vagos que se hace indispensable dotarlos de consistencia propia para encontrar en ellos una justificación para levantarnos en las mañanas y sobrevivir, un día más. Y esta vida paralela, aclaro, no necesariamente será el resultado de nuestras buenas o malas acciones ni de la fe hacia una entidad superior que controla los destinos de nuestros cuerpos. Mi época de creyente pasó hace mucho tiempo y no creo que vuelva, al menos no en un buen tiempo. Me refiero a esa otra clase de vida, paralela, que coexiste entre nosotros, quizás en una dimensión alterna, en donde pueden realizarse todas las posibilidades, todas nuestras posibilidades, teniendo en cuenta que la palabra totalidad, no excluye a ninguna de las probabilidades –existentes o no– de la materia y la energía.

El caso de Franklyn, la película inglesa dirigida por Gerald McMorrow y realizada en el año 2008, no corresponde a mi visión redentora de un universo alternativo. En ella, la realidad y la fantasía coquetean con la muerte y la desesperación, y sus personajes se hallan atrapados en la sala de espera entre ambos mundos, sin encontrar amparo en ninguno de ellos, siendo el universo de fantasía tan sólo una extensión, en algunos casos una aberración de su realidad material, sin opción de sosiego o salvación; destinados todos a encontrarse en un mismo vórtice en donde convergen ambas realidades para desencadenar un final en el que ninguno gana, ni siquiera pierde, tan sólo se perpetúan, pero ya con plena conciencia de su dualidad.

Película no apta para personas con síndrome de atención dispersa, ya que corren el riesgo de no entender la trama, ni para gente con los pies sobre la tierra que nunca ha tenido pretensión alguna de habitar un universo en donde las cosas y personas a más de ser visibles, puedan tocarse. Si no pertenecen a ninguno de estos grupos humanos, mis felicitaciones, han pasado el primer filtro. Sin embargo, como he considerado desde siempre que nadie es lo suficientemente apto o imparcial como para considerar –sin riesgo de equivocarse– a una película dentro de la maniquea dualidad buena-mala, recomiendo que la vean para que sean ustedes quienes den su veredicto, que en todo caso, ya que éste será de índole personal e intimista, llegará a ser válido tan sólo para ustedes, y sólo por esta razón, estarán en lo cierto.

Este enlace no es apto para puristas: Está doblada al español


Ficha técnica:
Año: 2008
País: Reino Unido
Director: Gerald McMorrow
Guión: Gerald McMorrow
Música: Joby Talbot
Fotografía: Ben Davis
Reparto: Ryan Phillippe, Eva Green, Sam Riley, Bernard Hill, Georgia Mackenzie, Susannah York
Género: Thriller futurista
Ficha técnica cortesía de Filmafinity.com

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domingo, 22 de julio de 2012

Noroi (The Curse): J-Horror en retrospectiva




El género japonés de terror psicológico conocido como J-Horror, ha contribuido con muy interesantes aportaciones a la cinematografía de horror desde hace varias décadas. Uno de sus rasgos más sobresalientes se basa en la actualización de mitos y tradiciones kaidan para ensamblar el argumento sobre el que gira el filme, proporcionando al espectador una experiencia realista que juega con los relatos clásicos de la cultura japonesa. Así, las historias fantasmales del pasado cobran vida entre guiones contemporáneos y tratamientos propios del cine de vanguardia, generando propuestas tan sugestivas como Noroi: The Curse, realizada al estilo documental, en donde la historia principal se entreteje a través de extractos de programas televisivos, crónicas de noticiarios y reportajes en vivo que dan cuenta de una ola de actividad paranormal que se desata alrededor de la ira del demonio Kagutaba, y los esfuerzos que tanto el realizador del documental y experto en fenómenos metafísicos, Masafumi Kobayashi, como varios sobresalientes psíquicos de la región realizan para contener la furia de esta entidad demoníaca.

Una película que dada su complejidad quizás demande en el espectador un ejercicio de atención que en primera instancia atenúe el efecto psicológico de terror que pretende lograr, pero sin duda, una vez comprendida del todo la trama y expuestos los argumentos necesarios para su total entendimiento, dejará en el espectador una sensación inquietante que, en mi caso, tardó varios días –quise decir, noches– en atenuarse. En fin, Noroi: The Curse, carece de la virtud de la inmediatez; pero posee un don superior, el de hacernos pensar en Kagutaba por días, incluso semanas, como si éste estuviera acechando nuestra casa y a punto de llamar a la puerta.


Título Original: Noroi
Año: 2005
País: Japón
Director: Kôji Shiraishi 
Guión: Kôji Shiraishi, Naoyuki Yokota
Reparto: Jin Muraki, Rio Kanno, Tomono Kuga, Maria Takagi
Género: J-Horror
Ficha técnica cortesía de: Filmaffinity.com
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miércoles, 11 de julio de 2012

No es que sea una muchachita trabajadora, es que tengo cuentas que pagar




A veces resulta demasiado difícil salir de una jaula con la puerta abierta, y más aún cuando, luego de haberla cerrado, una se da cuenta de que, después de todo, el problema no era la puerta, ni siquiera la jaula misma, ni el ave dentro, sino su dueño (el de la jaula, claro). He estado tan acostumbrada a permanecer encerrada a la luz del monitor, con la espalda tensada por unas obligaciones a las que podría decir NO si quisiera (o si pudiera) que empezó a aterrorizarme la idea de una libertad sin recursos, la libertad de ese noble caballero al que conocí, que dependía financieramente de los demás hasta para pagarse el bus, y aún así, sobrevivió con creces a lo que tímidamente yo denomino la sociedad. Y hasta le aprecian. Y no es noble, por cierto. Y no me juzgo, no me culpo sino a mí por encerrarme en esta caja –porque ya es más que una jaula– porque hay quien hace lo que se le viene en gana sin recursos y yo, con recursos o sin ellos, me quedo aquí, frente al monitor, escribiendo, mientras otros viven, o al menos, aparentan hacerlo. Y sí, lo sé, desde esta esquina se ve todo más negro, por el ángulo, ustedes saben, por este plano contrapicado en donde veo a todos más libres que yo. Libres. Dentro de sus limitaciones, alienándose de ellas. Ojalá a mí me hubiera tocado padecer este tipo de enajenación, pero no, a mí me fue otorgada la lucidez total, y es tanta que seguramente no durará mucho tiempo, dada su intensidad.

viernes, 6 de julio de 2012

La Dama de Negro, Harry Potter tiene un hijo y nos estamos volviendo viejos





Hace muchos años que una película de terror no me causaba ningún sentimiento más allá del placer estético que ofrece un filme bien ambientado o una historia intrigante. La sequía de miedo a apagar la luz y correr a la cama por miedo a que me lleven los demonios sucumbió anoche; La Dama de Negro provocó en mí un temor que creía haber superado hace ya tanto, que de sólo recordar que ayer, al terminar el día, hubiera preferido dormir con la computadora encendida y en alto volumen para no sentir mi alma en peligro, me he visto en la necesidad de comentar esta película.

Situada en la brumosa Inglaterra de finales del siglo XIX y principios del XX, la adaptación cinematográfica de la novela de Susan Hill ofrece al espectador –desde el inicio– un ambiente repleto de escenarios brumosos, pantanos infectos y casonas tenebrosas, que serán la delicia de los estetas vintage. Me llamó poderosamente la atención el insigne camino cercado por una ciénaga que lo cubre en su totalidad al subir la marea, dejando la mansión a la que el carretero conduce, incomunicada. El sentimiento de abandono que provoca su contemplación es sencillamente inquietante.

Daniel Radcliffe abandona su muy conocido personaje juvenil para insertarse en la piel de un padre viudo desesperado por sacar adelante su carrera de abogado, lo que le lleva a aceptar un encargo imposible de consecuencias macabras. La trama es la tradicional de toda película de terror, de diálogos cortos y efectos visuales sorpresivos, acompañados por la consecuente banda sonora; La Dama de Negro ofrece una receta muy bien lograda que asustará al más flemático, y todo al más puro estilo de horror inglés de la vieja guardia (fue llevada cabo por la productora Hammer, especialista en cine de este linaje). Un final ampliamente discutido en los círculos cinéfilos –aunque a mi gusto muy bien logrado– concluye con una experiencia más que recomendable para todo aquel que guste del género y esté dispuesto a pasar una hora y media en el cine sin experimentar la sensación previa de estar malgastando dinero y tiempo. Advierto que la fórmula es la misma que se ha utilizado hasta el hartazgo; quien vaya a ver este filme con prejuicios, o esperando novedades, seguramente acabará decepcionado.




Trailer de la película, lamentablemente el filme completo fue retirado de YouTube



Ficha Técnica

Título Original: The woman in black

Año: 2012

País: Reino Unido, Canadá, Suecia

Director: James Watkins

Guión: Jane Goldman; basado en la novela de Susan Hill

Música: Marco Beltramirco Beltrami
Fotografía: Tim Maurice-Jones
Reparto: Daniel Radcliffe, Ciarán Hinds, Janet McTeer
Género: Terror / Fantástico
Ficha técnica cortesía de: LaButaca.net


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martes, 3 de julio de 2012

Joyas del YouTube I • Yo maté a mi madre (J’ai tué ma mère)



La ignorancia se atreve con todo. Y una de mis más grandes aficiones recientes ha consistido precisamente en dar rienda suelta a mi osadía con lo desconocido. Luego de casi siete años de patológico alejamiento del cine de verdad, y dadas las circunstancias favorables propiciadas por un fugaz período de desempleo, debo confesar con vergüenza que apenas hace unos siete meses ha comenzado mi romance con YouTube, y de acuerdo con los recientes descubrimientos que he realizado al navegar por sus propuestas, espero que nuestro amorío esté aún muy lejos de terminar.

Una de las joyas con las que me atreví recientemente, y de la que no tenía ni referencias a favor o en contra, ha sido la película francocanadiense Yo maté a mi madre, del talentoso cineasta Xavier Dolan. Poderosa de principio a fin, con una carga emotiva que en ocasiones coquetea con lo grotesco o extremadamente dulce, no dejará al espectador indiferente cuando de tomar partido por uno u otro protagonista se trata. En una esquina, el joven, jovencísimo Hubert (interpretado por Dolan), de personalidad explosiva, de esas que me han contado que poseen los adolescentes contemporáneos, que no dudan en levantar la voz cuando lo consideran necesario –o cuando no–, que inspira en ocasiones deseos irrefrenables de cerrarle la trompa con un merecido chirlazo –por malcriado, por patán y hasta por cruel, hay que decirlo–; y en la otra esquina su madre, Chantale (Anne Dorval), la moderna, independiente y afrancesada madre divorciada a cargo de un muchacho que ha heredado su tendencia a vociferar cuando se considera vulnerado en sus derechos, participando impotente de los alaridos con los que su hijo pretende silenciar sus propias realidades.

Ya que antes de empezar a escribir este post juré no llenarles la cabeza con spoilers, me conformaré con decirles que esta película, ovacionada en Cannes 2009, escrita, producida y dirigida por el que muchos llaman el Nuevo Woody Allen, sólo que más joven, bonito y gay, es una detonación intermitente de adrenalina y otras hormonas tan abundantes en la adolescencia, un recordatorio de cómo debería ser un cine que, sin ninguna pretensión de adoctrinamiento, enfrenta al espectador en su propio espejo, alelado, debatiéndose entre la constante duda sobre sus propios sentimientos, pensamientos, emociones; desnudo, como infante, extraño, descubierto en pleno acto de contrición.

Ficha Técnica:
Título Original: J’ai tué ma mère
Año: 2009
Origen: Canadá
Dirección: Xavier Dolan
Guión: Xavier Dolan
Intérpretes: Xavier Dolan, Anne Dorval, François Arnaud
Fotografía: Stéphanie Weber-Biron
Edición: Hélène Girard
Duración: 96 minutos

Ficha técnica cortesía de cinerama.wordpress.com


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