domingo, 29 de enero de 2012

Ruido mental


Este día he conseguido pensar en demasiadas cosas a través de los sentidos. Todos ellos han sido perturbados el día de hoy, por la compañía, especialmente, de la más esperada de mis familiares, quien ni siquiera se da cuenta de que lo es o –lo que es mejor- no le importa.

Se me pone cuesta arriba pensar en medio de tanta algarabía. La bullaranga es para los débiles, ya lo dijo el sabio, pero acostumbrarse al silencio para ejercer la libertad de pensamiento se ha convertido para mí en un mal negocio. Extraño esos días silenciosos de mi mente en donde podía maquinar con claridad mi plan para liberar al mundo de la opresión en medio de un bus cargado de reguetón y barullo propiciado por el subempleado de turno, de alguna multinacional peruana distribuidora de remedios con registro sanitario “aún en trámite” y todo a un dólar. O a cincuenta centavos. Esperen. Ha pasado tanto tiempo desde entonces y la inflación ha hecho tan pocos estragos que me es difícil calcular el tiempo por la medida de los precios. Las cosas han cambiado desde entonces. La gente tiene más gobiernos a quién culpar de su desgracia personal, y yo me encargo de preocuparme de la mía, ya no pensando – o deseando, si ese término cabe- que otro me solucionará la vida, con todo y sus errores, sus aciertos, las persecuciones que sufre y el poco tiempo que le queda para pensar luego de tener que defenderse de sus atacantes 5 de las 8 horas laborables sin horas extras que contar en el ejercicio de su poder.

2 comentarios:

  1. Darse cuenta de la puesta en escena hace más difícil, cada mañana, el despertar.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo mejor sería ignorar por completo la puesta en escena para poder soportar todos los días, la vida.

      Gracias por pasar, acabas de inaugurar oficialmente el blog.

      Janeko

      Eliminar

Paperblog